En uno de sus valles recorrido por el río Iregua, está el Camero Nuevo, tierra de bosques, pastizales, cumbres y pequeños valles, donde se sitúan 13 pueblos con historia, tradiciones y leyendas, que siglos atrás se agruparon bajo la denominación de Hermandad de las 13 Villas.
Cuenta con una esbelta torre, de 1764, convertida en vigía permanente del pueblo, y un atrio y soportales que han sido desde antaño ámbito de una importante actividad.
Es una construcción del siglo XVI, levantada en piedra de sillería y de planta cuadrangular, con tres naves y con bóvedas de crucería estrelladas. Guarda en su interior una serie de imágenes y retablos entre los que destaca el retablo central dedicado a San Martín (de 1543), un tríptico flamenco (de 1575), un retablo renacentista presidido por una talla gótica de la Virgen y una gran colección de imágenes del siglo XVIII.