En uno de sus valles recorrido por el río Iregua, está el Camero Nuevo, tierra de bosques, pastizales, cumbres y pequeños valles, donde se sitúan 13 pueblos con historia, tradiciones y leyendas, que siglos atrás se agruparon bajo la denominación de Hermandad de las 13 Villas.
Los pueblos cameranos disfrutaban de sus fiestas en época estival y adornaban sus procesiones con las danzas. Después de una etapa de regresión esta actividad festiva se ha ido recuperando y es Almarza un ejemplo importante de esta rehabilitación de su folklore.
Este pueblo ha rescatado su Danza de Los Pañuelos y a través de la figura del Cachiburrio o jefe de la danza, se ejecutan bailes de espadas o con dibujos geométricos como La Estrella. Los brindis, como referencias orales dedicados a la patrona, son otra muestra de sus manifestaciones tradicionales recuperadas.
Los danzadores, en septiembre, reciben a la Virgen en el arco de la iglesia parroquial, de rodillas, y bajan danzando hasta la ermita de Nª Sª del Valle. Luego en San Juan, realizan el recorrido inverso.