En uno de sus valles recorrido por el río Iregua, está el Camero Nuevo, tierra de bosques, pastizales, cumbres y pequeños valles, donde se sitúan 13 pueblos con historia, tradiciones y leyendas, que siglos atrás se agruparon bajo la denominación de Hermandad de las 13 Villas.
Iglesia dedicada a este santo caritativo, tan frecuente en toda la sierra camerana. Se trata de un edificio levantado en el siglo XVI, en mampostería y sillarejo, con la particularidad de emplear la piedra de toba, muy poco pesada pero resistente. Su torre, es posterior, y tiene tres cuerpos. Se observa desde toda la jurisdicción.
En el altar mayor aparece la imagen del patrón junto a las de San Pedro y San Pablo, y en su parte alta, una talla mariana de gran tamaño. Cuenta también con un interesante retablo dedicado a San Blas a quien se encomendaban los enfermos de garganta. En su fecha, el 3 de febrero, se bendecían las rosquillas caseras, y acudían muchos devotos de los pueblos vecinos. En el templo se muestran varias pinturas sobre cobre, y un rico patrimonio eclesial, que denota la importancia del lugar en el pasado.