En uno de sus valles recorrido por el río Iregua, está el Camero Nuevo, tierra de bosques, pastizales, cumbres y pequeños valles, donde se sitúan 13 pueblos con historia, tradiciones y leyendas, que siglos atrás se agruparon bajo la denominación de Hermandad de las 13 Villas.
Estas panzudas construcciones que poseían casi todas las familias serranas permitían realizar el pan de forma semanal para toda la familia y los allegados. Hoy, quedan pocos en uso en la sierra. Con los cereales que se producían en el lugar y se molían en el cercano molino, se hacían las harinas con las que se elaboraban las hogazas de pan, que tenían una duración semanal.
El horno recibía también el cordero festivo en la Navidad y en la Pascua, fechas en las que el camerano se podía desprender de uno de sus animales sagrados, para celebrar esas fechas. La repostería serrana también se cocía en estos hornos.
En Pradillo, se conservan tres ejemplares de hornos colgados y uno vertical.