En uno de sus valles recorrido por el río Iregua, está el Camero Nuevo, tierra de bosques, pastizales, cumbres y pequeños valles, donde se sitúan 13 pueblos con historia, tradiciones y leyendas, que siglos atrás se agruparon bajo la denominación de Hermandad de las 13 Villas.
Dentro del casco urbano, la ermita dedicada al Santo Cristo sirve de parroquia durante todo el año, menos en las fiestas patronales, que se emplea el templo mayor. Se trata de un edificio barroco del siglo XVIII.
Además de ella, sobre el pueblo, se mantienen los restos de la de San Roque y las ruinas de la de Santa Marina, sobre la que los habitantes recuerdan como la imagen de la santa patrona escapó al hundimiento de la cubierta el día anterior a su descalabro.
El patrono del pueblo era San Roque, junto con la Virgen, y se celebran sus fiestas el 15 de agosto. Antaño había procesión con el santo que se iba a recoger a su ermita, cuya talla se mantiene hoy en la ermita del Cristo.