1 · Parroquia de La Asunción
Sobre el pueblo, en el entorno más aireado y vistoso, se levanta el templo. A su alrededor se emplazaban las eras que servían
En uno de sus valles recorrido por el río Iregua, está el Camero Nuevo, tierra de bosques, pastizales, cumbres y pequeños valles, donde se sitúan 13 pueblos con historia, tradiciones y leyendas, que siglos atrás se agruparon bajo la denominación de Hermandad de las 13 Villas.
Nos encontramos ante un pueblo camerano vinculado a la tierra, confundido con el ocre color de los adobes que nos recuerdan las tierras rojizas que antaño criaron el centeno.
Su emplazamiento en la solana, y su protección del norte nos demuestran la intención de ocupar un territorio para una dedicación ganadera.
El río abajo, podía regar alguna reducida huerta y proporcionaba el agua para personas y animales. La iglesia en un alto, como señal y defensa, se separa del casco urbano y se acerca a las eras de la trilla del cereal. Su escaso tamaño y su proximidad a otros emplazamientos, son características del poblamiento camerano.
En 2017 contaba con 18 habitantes empadronados. Altitud: 1.004 m.
Sobre el pueblo, en el entorno más aireado y vistoso, se levanta el templo. A su alrededor se emplazaban las eras que servían
Dentro del casco urbano, la ermita dedicada al Santo Cristo sirve de parroquia durante todo el año, menos en las fiestas patronales
Pinillos, debido a su aislamiento y despoblación, ha conservado la arquitectura tradicional del Cameros Nuevo,
La leyenda afirma que los Solares son una concesión de territorios que se hicieron a los descendientes de los participantes en la Batalla de Clavijo.
Un imponente frontón, utilizado en las jornadas estivales por los jóvenes veraneantes, destaca en este pueblo de tan reducida población.
Si queremos disfrutar de unas vistas realmente espectaculares, debemos seguir el recorrido señalizado hacia el Quejigo de Alejandro,
Los árboles incluidos en el Catálogo de Árboles Singulares de La Rioja son los testigos de nuestro pasado.
En los largos inviernos serranos, los habitantes de estos pequeños pueblos cameranos se reunían en las cocinas e incluso en los corrales,